viernes, 10 de abril de 2009

Yo: El Quinto Beatle

IIIIIIIIIIIII should have known better with a girl like you, that I would love everything that you do; and I do, hey,hey, hey, and I do!
Era la voz rasgada de Lennon y su siamés Mc Cartney sonando en el patio trasero de la humilde pero amorosa casa de mi abuelita Felicita en Lambayeque, quien cocinaba un aristocrático sancochado, un domingo hace siglos. El disco single de 45 RPM del sello EMI Records giraba como un huracán y mi tío Victor fue el causante de aquella sensación casi orgásmica, a pesar de ser un enano de 4 años (aún lo soy). Esa mañana dominguera se impregnó algo en mí que no puedo describir pero sí recordar; luego en la radio al oír esa canción, inconscientemente marcaba con el pie el ritmo rock acústico del tema, ese sonido de guitarra que el rock alternativo rescató en la segunda mitad de los 90 y que los ignorantes snobistas asumen que dicha tendencia creó. Seguró el 30 de abril el 50% más uno de estos especímenes –para variar- estará en el estadio nacional en el ansiado concierto de la gran banda británica Oasis. La melodía se sentía alegre y romántica, el inicio con armónica era como un toque de diana ejecutado por Dylan, pero era John Lennon y ello aunado al verso "And when I ask you to be mine a a aaa"...(Y cuando te pida que seas mía) hacían que mis cinco sentidos se aceleren. De hecho, había oído a grupos latinos sin percibir las sensaciones descritas, aquellas canciones de Iracundos, Leo Dan y también toda esa parafernalia denominada nueva ola y tantas más que se escuchan patéticamente en la "Hora del lonchecito" o programas radiales con ese formato repetitivo masoquista, lacerando los corazones de cachudos compulsivos, secretarias maltratadas contra el tráfico, amantes, parejas de casados, viudos y divorciados hoy ya canosos y ad portas de ingresar a la vejez (ahora le denominan adultos mayores para que no mueran de patatús), en buena cuenta viejos de mierda. Así quizá, algún día, mi descendencia dirá "no sé porqué el viejo de mierda de mi abuelo escuchaba a esas cucarachas yo me quedo con Los perreadores tecno trance" o quizá Dios quiera perciban la misma sensación que tuve cuando oí a los 4 de Liverpool, como sé ocurre con chicos de edad temprana a la fecha que son seducidos por esa deliciosa droga inmortal llamada beatlemanía.

Aquel momento quedó como un estigma oculto casi durante toda mi infancia y parte de mi adolescencia; sólo faltaba un estímulo, un detonante que haga fisión y se desate una explosión musical en mi ser. Luego pasé por la buena época del Rock y Baladas en inglés ochentero, el movimiento de Rock Latino de lo mejor hasta ahora, liderado por la Trilogía de Soda, Hombres G y Los Prisioneros de Chile queriendo liberarse de Pinochet (El baile de los que sobran es un calco del fracaso del sistema educativo en America Latina); recuerdo esa poderosa batería de Alberti introduciéndonos en Persiana Americana, similar al sonido de grandes rocas arrojadas en el océano. Terminé el colegio el 90, engrosando sin quererlo y forzadamente las filas de la generación perdida gracias a la podredumbre dirigencial peruana. Mis amigos oían a los Guns, ACDC, Metálica, y todos esos mounstros, mientras en mi silencio interior, para que no me digan rosquete, nerd o pajero, me devaneaba con los leviatanes celestiales de Mozart, Beethoven, Chopin, en cintas magnetofónicas, que costaban un fin de semana. Me encantaba el Rock, también la salsa, pero mi entrañable amigo Vitucho Solís, y compañero de la orquesta de mi cole, alias "La chola" porque es más zambo que Melcochita, llevó a mi casa un LP doble recopilación de 1962 a 1966, la aguja empezó a hacer gruñír salvajemente aquel disco de vinilo, "ladys and gentelmans......" Era el detonante esperado. Al oirlo despertó en mí aquel estigma, fue como un maldito aneurisma haciendo lo que quería con mi cerebro y sacudiéndolo no a 33 RMP sino a la velocidad de la luz, sumergiéndome en un viaje alucinante y poniéndome en estado de shock, estando a punto de saltar y mover la cabeza como un vulgar peinador fashion de la alta sociedad y muy a pesar que en "Los Años Maravillosos" ví un capítulo fascinante sobre The Beatles.
Puede sonar a fantasía, pero creo su música estimuló mis percepciones; siendo un verdadero asno en Matemática durante la secundaria, en la Pre ocupé el primer lugar en un examen de Algebra contestando 5 de 50 preguntas, ahí me di cuenta lo fácil que era ingresar a la universidad pública, pues lo único que había que hacer era contestar lo sabido al 100% y no salir como imbécil del examen diciendo “hice 99 preguntas de las 100” para que a las amigas se les chorree el calzón o pegarla de Sócrates en un país de ignorantes. Pero el mundo aún no se había globalizado, era muy difícil hallar información o cultura. El disco quedó secuestrado con la complicidad de Vitucho, llegarían muchos más LPS a mi casa y no paraba de oírlo, a la vez descubría muchas canciones hermosas que no sabía les pertenecían! Pues como todo chico pasé por las modas desde Menudo en 1982, con “Súbete a mi moto” y “Claridad” , el Rock en inglés del 80 y recordar, poseso de un ataque de figuretismo en una fiesta infantil, haber bailado como John Travolta en Grease "Stayin Alive" sin pronunciar más ingles que el A A A A ....!! Luego en la Pre y en la U conocí a algunos que estaban más locos que yo; Alfredito Gil es el más querido beatlemaníaco empatado con Vitucho y también Koky Ramos de mi promo, no eran muchos y me dio una imparable fiebre de 40 que padezco hasta ahora y que gozo plenamente. Contagié a mi hermano y a otros, en resumidas cuentas me convertí en un cupido musical y en un idiotizado sentimental que aún llora con "For no one" pues a veces pienso que “para nadie” es esto que tengo y creo se asemeja al amor. Mi romance con los Beatles había empezado, un romance fiel, que ni la muerte podrá separar; vagamente recuerdo en mi niñez la noticia fatal e irracional del asesinato de Lennon; el maldito Chapman no era de los nuestros, pero algunas veces he llorado por su muerte, como pasó con Harrison y como ocurrirá con Mc Cartney y Ringo, si es que no fallezco antes, aún no. Deseo que Paul venga a comerse un cebiche y nos cante un par de horas y de paso me deje un palo verde de los 1600 que posee merecidamente, con esa plata haría una fundación beatle peruana para promover su música y hacer un proyecto de Ley disponiendo que en todos los hospitales obstétricos, guarderías y sitios similares se escuche a los 4 con estimulación temprana.
Adquirí toda su música, luego vendría la red, el Napster, los videos en Youtube y esto no termina de parar, acá estoy con ellos. Los Beatles me acompañaron en infinitas noches de soledad (No more lonely nights), a veces he soñado conversando con ellos, me he sentido un quinto beatle tratando de imitar sus acordes con mi casero sintetizador,"Let it be" e "If a Fell" me salen bien, he osado componer una canción para un nuevo álbum beatle posterior al póstumo Let it Be (aunque en realidad “Abbey Road” fue el último) y es parte de este amor platónico, pero real, un "Real Love". Si oigo Yesterday siento que el pasado no se puede ir ni se irá, que el ayer se hace hoy y mañana cuando Mc Cartney nos destroza dulcemente el alma al decir "Ayer era tan fácil jugar al amor, debo hallar dónde esconderme hoy ...Oh yo creo en el Ayer", ese ayer del cual no puedo escapar sin encontrar cobijo donde me esconda como un fantasma de aquel amor cruel. En el 70 Lennon solista gritaba iracundo por la separación en “God”: "No creo en Jesús, no creo en Kennedy, no creo en The Beatles, sólo creo en mí, en Yoko y en mí". Muchos trulos, coqueros y toxicómanos seguidores de esa cosa llamada "trance" y otras tendencias musicales creen que con el humo la imaginación crea sublimes formas y toman concreción las mas maravillosas "ideas", pues se equivocan, miren a la talentosísima Amy Winehouse dando vergüenza en algunos conciertos cantando horrorosamente. Los Beatles con la hierba tocaban y cantaban peor que Tongo en Asia y así como esos pituquitos andróginos en las Playas del Sur, sus fans en el Estadio Shea a punto de reventar, no hacían más que gritar y ver a 4 melenudos como si fueran changos amaestrados, porque no se escuchaba nada de música que era el motivo de sus 4 valiosas vidas. Ante este deprimente fenómeno de masas (la masa no piensa le dijo Alfredo a Toto en Cinema Paradiso) tuvieron la grandeza de dejar el circo y hacer música en estudio: He ahí la diferencia que hace la "diferencia" frente al resto de grupetes enlatados o nacidos en American Idiot, parafraseando a Radio Head. Los grandes éxitos de la primera etapa como “I want to hold your hand” quedaron como viviendas nómades de los Apaches, frente a la grandeza de Machu Pichu. Con Sgt. Pepper para adelante, estos genios revolucionaron el Rock, cambiaron el mundo y mi vida, le dieron sentido musical a todo lo que hago, me hicieron rebelde con causa. Un hijo de puta de la generación "X".








"La vida es aquello que va sucediendo mientras tú te preocupas en hacer otros planes"
John Lennon.

3 comentarios:

Maybellene dijo...

Poco aa poco voy leyendo tu blog ;) Saludos nocturnos desde Madrid.

ErNeStO dijo...

Oe Bocon... no seras mejor el "Quinto Teletubi"... jajaja saludos Chiclayano...

claudia dijo...

Muy bueno. Muchas gracias por tu visita y comentarios. Estamos en contacto. saludos.