viernes, 7 de mayo de 2010

LA MADRE EN LA POESÍA Y MUSICA PERUANA


         Hoy les entrego dos hermosos poemas escritos por vates peruanos: César Vallejo (Vanguardista) y Abraham Valdelomar (Modernista). Este Domingo en Perú y seguro en otras latitudes se celebra el Día de la Madre; no tengo palabras para expresar todo lo que mi madre hizo y hace por mí, sólo se me vino a la mente, este Viernes de mayo por la mañana, aquel “Poema XXIII” de “Trilce”, del Poeta Universal, mi cholo peruano César Vallejo y “Tristitia” de Abraham Valdelomar.
         "Trilce" es un membrete cuya semántica aparentemente no existe, mas en el arte de la poesía no hay limites para la creatividad, algunos estudiosos de la poesía de Vallejo intentan definir esta palabra como la contracción sintáctica de “Triste“ y “Dulce”. Este poema es eso, la metanoia de lo Triste y Dulce. Como un delicioso Pye de limón, preparado con los secretos de mujer de mi madre, el poema subyuga magistralmente y por ello hacer uno para ella no sería suficiente, por ahora. Simplemente, atinaría a parafrasearle parte de la letra de Woman de John Lennon: “Después de todo, siempre estaré en deuda contigo”.

           Vallejo es el poeta del sentimiento humano pocos como él han sabido traducir el dolor, la amargura, la ira y todas aquellas pasiones que bien conocía Shakespeare con su Prosa. En cuanto a Valdelomar y “Tristitia” debo decir que es una Oda entrañable a la familia lleno de memorable nostalgia.
           Amigos artistas, herederos del Parnaso, espero disfruten de estos poemas de amor a la madre.

TRILCE: POEMA XXIII - César Vallejo
   
Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos
pura yema infantil innumerable, madre.

Oh tus cuatro gorgas, asombrosamente
mal plañidas, madre: tus mendigos.
Las dos hermanas últimas, Miguel que ha muerto
y yo arrastrando todavía
una trenza por cada letra del abecedario.

En la sala de arriba nos repartías
de mañana, de tarde, de dual estiba,
aquellas ricas hostias de tiempo, para
que ahora nos sobrasen
cáscaras de relojes en flexión de las 24
en punto parados.

Madre, y ahora! Ahora, en cuál alvéolo
quedaría, en qué retoño capilar,
cierta migaja que hoy se me ata al cuello
y no quiere pasar. Hoy que hasta
tus puros huesos estarán harina
que no habrá en qué amasar
¡tierna dulcera de amor,
hasta en la cruda sombra, hasta en el gran molar
cuya encía late en aquel lácteo hoyuelo
que inadvertido lábrase y pulula ¡tú lo viste tánto!
en las cerradas manos recién nacidas.

Tal la tierra oirá en tu silenciar,
cómo nos van cobrando todos
el alquiler del mundo donde nos dejas
y el valor de aquel pan inacabable.
Y nos lo cobran, cuando, siendo nosotros
pequeños entonces, como tú verías,
no se lo podíamos haber arrebatado
a nadie; cuando tú nos lo diste,
¿di, mamá?



TRISTITIA - Abraham Valdelomar


Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía
el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre una dulce alegría
y la muerte del sol una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumando, del mar
y lo que él me dijera aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar.



HOMENAJE MUSICAL - VALS "CARTA AL CIELO"
 INTERPRETADO POR LUCHA REYES - AUTOR: SALVADOR ODA