Fuiste aquel ángel oscuro que siempre quiso saber sobre el amor y al no conseguirlo iniciaste una feroz caminata hacia la autodestrucción.
Rauda estrella fugaz que nos prodigó la hermosura de su interna luz a cambio de la penumbra sobreviniente a la ausencia de tu voz.
Vives sobre el episodio musical de tu existir, tu tragedia es el precio pagado por prodigar momentos de felicidad.
Vuela Amy, soberanamente, a donde quieras y canta donde quieras.
Eres Libre al fin!