lunes, 10 de agosto de 2009

EL BARRIO QUE SE NOS FUE

La última Víspera de Navidad brindaba con un amigo de la infancia; curiosamente advertí que en el lugar donde estábamos habían vivido otros de nuestra "Generación X", incluso la casa de “Koky” - con quien brindaba aquel instante- que quedaba a lado de ese bar nuevo ya no existía. Ninguna de las viviendas de mis amigos de infancia se hallaba de pie, tan sólo la de mis padres. Quedaban como testigos amordazados las veredas y pistas en donde jugábamos interminables horas de rayuelo, matagente, tenis cholo, el popular fulbito de poste a poste y hasta voley en la época de las Olimpiadas de Seúl 88. Terminábamos con el ropaje asqueroso y roto como miembros de la pandilla del malvado Fagin de la novela de Dickens “Oliver Twist”; nuestras madres nos aguardaban con un látigo por haber sobrepasado las horas de juego sin hacer tarea alguna para la escuela. Años después nos esperaban tras la puerta en las madrugadas por haber bebido en exceso; los latigazos eran inútiles pues ni dolían ni se sentían, ello era sólo el rito freudiano de las madres para no destetarnos de su dominio matriarcal, igual al día siguiente nos esperaba un delicioso chilcano preparado por sus cariñosas manos.


Mi barrio en el centro de Chiclayo era de lo más pelotero y criollo. En febrero todas las generaciones de hombres y mujeres convergían para el ritual carnavalesco, armados con baldes repletos de agua, pasta para zapatos y pintura, nadie se atrevía a cruzar por ahí, incluso la más contundente amenaza por parte de hombre o mujer era repelida con una ráfaga de bombazos y manazos empastados, no habían leyes contra el “salvajismo” y la agresión barrunta de la época. Sobrevenía luego un corso y los más “grandes” empezaban a beber cerveza en plena calle a la voz de un minisesión en el que se oía una salsa, Los Iracundos o música criolla.
"...que pocos quedaron de aquellos” reza un estribillo de una  canción ochentera. Quizá nos dé la razón, pues qué poco queda de aquellos tiempos: sólo negocios de distribución no inventivos. Gente nueva, de hablar distinto, de otros lares y costumbres difusas que se apoderaron con alquileres y post compras de inmuebles del barrio en el que crecí y maduré. Aquella noche navideña me sentí desarraigado al igual que Koky a quien no veía en años. En su casa había un corralón inmenso en donde jugábamos canicas e inventábamos juguetes disparatados de madera y lata, el Chavo del 8 era muy parecido a nosotros, salvo lo bruto. Hemos sido la cuarta generación de ese barrio desde mis bisabuelos y ya no habrá una más por lo que advertimos ese día.
Mientras crecíamos también la música cambiaba en los 80. Michael Jackson era el Rey absoluto y Soda Stereo dominaba Latinoamérica, a la vez que aprendimos a distinguir los olores de la marihuana, la pasta y la textura de la cocaína entre algunos miembros que cayeron en el vicio execrable de la drogadicción. Cayó el muro de Berlin. Ingresamos a la Universidad iniciados los 90 y sus aulas y corredizos se diferenciaban poquísimo del subversivo pabellón azul del destruido Penal de la Isla el Frontón.
Mientras un extranjero nos gobernaba , la música seguía transformándose, no sonaba mucho a Rock, el criollismo estaba lleno de recuerdos, Chabuca Granda había fallecido hace mucho y los cantantes criollos tocaban en bares de medio pelo en Miami, no había ya dinero ni para jugar carnavales sino para comprar libros y labrarse un futuro.
A veces, cuando vengo de Lima a vacacionar  y  llego de algún lugar a mi casa, ya no me esperan mis amigos sólo el portón ahora metálico del hogar donde crecí: Me quedé sin barrio y mis amigos ya no viven ahí. No veo un solo partido de fulbito, sino niños sentados frente a un Play Station jugando Soccer y adolescentes buscando chica en internet o esperando que alguna muestre su teta pixeleada y deforme desde otra latitud por un chat. ¿Quién se robó todo ello? Quizá lo dejamos ir o es el progreso el que rompe las generaciones, los clanes y las tradiciones.
Tuve la suerte de vivir ahí, de conocer gente buena y sincera, amigos inolvidables con quienes pasamos más alegrías que penas, bautizos tardíos, comuniones y confirmaciones obligadas pero gratificantes y necesarias. Muchos tíos a quienes respetábamos han muerto y el tiempo se ha hecho notar en los cientos de letreros que pululan en mi barrio.
Extraño las anécdotas, los juegos sanos, las quemas de año nuevo, los primero de enero, los eternos partidos de fulbito en la pista o en la cancha del Colegio San José con otros barrios como Cabrera, Alfonso Ugarte, Vicente de la Vega , Alfredo Lapoint. Extraño las broncas entre escolares manuelpardinos y sanjosefinos superadas por ser simplemente amigos y sobretodo chiclayanos.
Mi barrio se fue hace mucho, aquella noche de víspera navideña Koky y yo nos dimos cuenta de ello sin poder hacer nada mas que pedir otra cerveza y recordar.....

7 comentarios:

silvo dijo...

Creo que es un progreso que se ha llevado algo muy importante, luego no se hasta que pinto se le puede llamar progreso, saludos

AUGUSTO ZORRILLA dijo...

Así es Silvo; el porgeso a veces se roba nuestros "Años Maravilllostiene como consecuencia por ejemplo en mi contexto que en mi ciudad que pertenece al Perú no se practique el deporte (ultimos en la tabla de la eliminatoria al Mundial) y se pierdan tradiciones que daban identidad a mi pueblo.
Gracias y estoy leyendo tu Blog.

Victoria dijo...

Mi querido Silvo siempre tengo la nostalgia de mi barrio y cuándo te leo me meto en tu piel,vivimos en distintos paises miro tus recuerdoa a traves de tí y me enamora y me lleva a mis recuerdos,gracias amigo por compartir algo bello.Con cariño Victoria

Victoria dijo...

Mi querido Sivio en esta vida me he jodido muchisimo siempre han abusado del bién que he echo,pero ningún amigo te difama,miente,echa la credibilidad por los suelos,miente,te roba documentación muy importante,dice que está enfermo y se hace operaciones por es motivo,cuando hay gente verdaderamente gente enferma no para un botox en los labios o estiramientos de piel eso no es enfermedad amigo,hay que vivir la vida con la edad y orgulloso de ello.Sigo poniendo la mejilla? No soy quién para perdonar tanto daño.cuando llegue nuestra hora nos tendremos que quitar las caretas ante nuestro Dios,ahí estaremos solos amigo, alli te juzgaran segun has interpretado tu papel en esta vida,que para mí particularmente en parte es una comedia,gracias por dejar tu huella en mi blog aunque no seas seguidor--Con cariño Victoria

Victoria dijo...

Mi querido amigo si he visto qu estas ,disculpa pero no habias puesto ningun comentario hasta hoy que lo he visto...La vida s muy dura y cuando estás volando alto hay personas que te sujetan para qu te caigas y que el golpe aún sea más fuerte..He olvidado muchas de ellas,a veces me vienen los recurdos pero sin rencores y prdonr lo dicho ,he perdonado no soy rencorosa pero si jode que te estén difamando y tirandote por los suelos en ese momento mi corazón no está abierto.Tendré que aprender,de echo no deseo nada malo para esa person.besos

GINNA dijo...

Salu2....

Siento nostalgia al leer esto. Algo parecido le paso a mi barrio.

Foncho dijo...

Cuando veo jugar a mi pequeña hija en casa me entristece pero a la vez me aterra la idea de pensar que en el barrio en donde naci se tope con algun miserable desadaptado venido a menos que la agreda u ofenda, los tiempos cambian y a veces no para bien, solo le pido a Dios que a mis hijos les conceda la dicha de encontrar amigos como ustedes es algo por lo cual tengo que agradecer al todo poderoso porque encontrar amigos al menos como los que tengo en este tiempo dificil...
Un abrazo Augusto siempre es bueno saber de ti...